POR ROBERTO GUILLEN
Queridos lectores:
A PATY SANTOS
Que Viernes, que Viernes … he gozado en el Barrio Antiguo. Que ya empieza a emitir el chispazo cosmopolita de la Condesa o de la Roma. En este caso, me esperaba mi brother Mariano Núñez, en ese complejo de restaurantes conocido como el Merkado del Barrio, donde su Honestidad ha explotado de Alegría, luego de dar con un hallazgo editorial: en la librería Galindo, también ubicada en el Barrio Antiguo, encontró el libro Previsión y Seguridad, perteneciente a un almanaque enciclopédico de unos 30 tomos, donde se traza la gran visión empresarial y humanista de un personaje llamado Manuel L. Barragán.
«Mira Roberto…lo que me he encontrado en la Galindo…mira el chip de este gran regiomontano que tanto aportó a la sociedad y a la Universidad Autónoma de Nuevo León…ahi estaba el libro como arrumbado…»
Le doy un sorbo a mi Bohemia y le respondo:
Ahhh…eran los tiempos cuando los empresarios eran honorables, tan honorables que hasta ponían de su bolsa…no como ahora, en tiempos de gobernadores rateros…ahora todo lo quieren a costillas del erario público, como ese personaje que ya le urge construir sus museos…mmmhhh…
Le picoteamos al google y nos enteramos del gran Amor que Don Manuel L. Barragán le profesaba a la Universidad Autónoma de Nuevo León…well,well,well… El sembrador de la Amistad que se erigió desde su orfandad para construir una sociedad donde la figura del trabajador era reverenciada y se le posibilitaban las condiciones para su desarrollo. El activismo de una filantropía más allá de la mera dádiva. El sujeto que extiende un puente de Solidaridad con los otros sujetos. La horizontalidad de un gesto solidario.
Mariano abre el libro y me muestra unas páginas donde el maestro Agustín Basave Fernández del Valle escribe sobre la obra de Leon Tolstoi:
Mira la visión de este empresario…también le interesaban las humanidades, no se trataba de un empresario que te da trabajo, te paga y después te corre con una patada…nooo…mira…y dónde está la Universidad?
En consecuencia le propongo aventarnos un facebook Live para hacerlo llegar a la comunidad – que las mentadas cabinas de la provincia ya son cosa del siglo pasado – y presentarlo como un tributo que dos universitarios le brindan a una figura que tanto le dio a nuestra Alma Mater.
Por su puesto, hay que reconocer a este gran personaje…, animadamente responde el abogado.
Pero como la música nos vibraba en los tímpanos, nos fuimos al Feel Grow, donde Paty Santos nos recibió con el signo de la camaradería que nos distingue: la dulzura de una sonrisa.
Nos pasó a una sala decorada con vasijas y utensilios artesanales de una mexicanísima Belleza, además de una suculenta biblioteca, que hacía la locación propicia para rendir tributo al prócer que nos unía desde el Más Allá.
Inmediatamente Paty nos abrigó con su gentileza luego de traernos un bello ramo de rosas que decoraba nuestro improvisado set. Y el abogado Mariano Núñez, sin caer en la chabacanería de los elogios facilones, nos dimensionó la trayectoria don Manuel L. Barragán.
Una vez concluido nuestro acto de Gratitud, nos sentamos a brindar por el legado de un personaje que si bien había triunfado en el mundo de los negocios, no se reducía a la maníaca patología por acumular:
Parafraseando el título de un libro de Carlos Fuentes, así felicité a mi brother: has encontrado el espejo enterrado de la Grandeza regiomontana