POR RAÚL A. RUBIO CANO
La llegada de fuertes lluvias al área metropolitana de Monterrey ponen nuevamente en evidencia la serie de limitaciones estructurales que los tres niveles de gobierno padecen para realmente trabajar el territorio metropolitano como una totalidad, en donde sus habitantes demandan seguridad en sus vidas y patrimonios, ya de familia, de empresas o de interés social como son desde las calles, parques, puentes, montañas, hasta la misma agua que bebemos y el aire que respiramos. Pero pensar como una totalidad dinámica, viva, a nuestra metrópoli, es ya prácticamente algo imposible, para una entidad que ha perdido un Estado de corte Benefactor, como el que emanó del proceso revolucionario de 1910 y, que ante el arribo de las políticas económicas neoliberales desde 1982, éstas fueron minando la economía nacional y su Estado y dejaron en manos del capital trasnacional una economía perversa, llena de ficción, imposible de garantizar la existencia como nación o entidades estatales o municipales. El Estado, de tener una responsabilidad social, se convirtió en una cueva de bandidos, atentos al negocio de esa economía ficción, anti capital productivo, nacional y local, con responsabilidad social y pasó a ser, para el caso del territorio metropolitano, un botín de bandas de capitales de dudosa procedencia y especulativos, sin respeto a planes de desarrollo urbano en los tres niveles de gobierno y por eso, hablarles a estas bandas y sus representantes políticos de un Altas de Riesgos para respetar y seguir creciendo urbanamente o, de mínimo, comprar un seguro contra catástrofes, es algo que les importa un bledo, porque desde hace ya muchos años se perdió el interés de respeto colectivo y a la Naturaleza sobre el territorio metropolitano y sus dinámicas, y sólo ven lo que puede beneficiar a los Zares del desarrollo urbano local, sus socios y su séquito de políticos y partidos sirvientes, en sus muy particulares desarrollos urbanos y esto, ha generado un mega desorden urbanístico que puede, en cualquier momento, ante los fuertes impactos del Cambio Climático, derrumbar la Sierra Madre en San Pedro Garza García; inundar sectores amplios de la ciudad, fábricas como KIA, en fin, esta maldad estructural en el desarrollo urbano por esos saqueadores del suelo y los bolsillos de quienes compran sus desarrollos inmobiliarios (llenos de promesas y “felicidades”) pero, que a la primera lluvia de temporada, todo se derrumba, inunda, bloquea, etcétera. Por eso, ya están despertando verdaderas fuerzas ciudadanas como el caso del Plan San Pedro, los Vecinos del Sur, los Vecinos de la Independencia y tantos otros y ¡Ojo! ante las fuertes lluvias que padecemos, las presas están a punto de reventar y que ante un sismo, de los muchos que se vaticinan por llegar, esto será una verdadera destrucción anunciada como lo ha dicho el exalcalde de Santiago, Rafa Paz, con la presa de La Boca, y nomás no lo pelan ni el Congreso del Estado, o dependencias donde ha señalado todo lo que puede suceder con ese vaso hídrico, mucho menos Morena ¡Órale! raurubio@gmail.com