POR OCTAVIO GUZMAN
Griselda Triana, la viuda del periodista mexicano Javier Valdez, asesinado el pasado 15 de mayo, dijo hoy que en su país «decir la verdad incomoda», aunque subrayó que «es el compromiso que debe asumir todo buen periodista».
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) entrega un premio a Griselda Triana como reconocimiento a la «valentía, labor periodística y heroísmo» de su esposo, Javier Valdez.
Cuando se cumplen cinco semanas desde la muerte del periodista especializado en el narcotráfico y el crimen organizado, principalmente en el estado de Sinaloa, la viuda mostró su tristeza y la sensación tan devastadora que produjo su muerte, y confesó que «el dolor que siento por su cobarde crimen es desgarrador».
En México, según declaró Triana, la violencia antes estaba presente en algunos estados, pero ahora «se ha extendido a todo el territorio nacional», e incide en todos los ámbitos sociales.
Asimismo, en declaraciones a Efe, Triana dijo después que en los últimos años ella vivía con miedo y preocupación, «pero eso no significaba que no me sintiera orgullosa de su trabajo».
Ésa era la responsabilidad que Javier Valdez tenía, «no podía cortarle las alas», confesó.
En rueda de prensa, Triana denunció la injusticia y la impunidad con la que estos asesinatos son tratados, puesto que en 16 años, se han producido más de 400 agresiones, 108 asesinatos y 24 desapariciones de periodistas, y «ni el 5% de estos casos se ha resuelto favorablemente».
En México, «todos los partidos políticos encubren por complicidad y no por miedo», por lo que el 80% de estos casos de violencia proviene de la esfera gubernamental y aseguró que «el Gobierno es cómplice de las organizaciones criminales».
«En este ambiente contaminado es difícil que los periodistas dignos, dispuestos a no callar, no ceder y denunciar» hagan su trabajo, por lo que existe cierto temor en el gremio a que les ocurra algo similar.
La impunidad que reina en torno al narcotráfico afecta no solo a periodistas, sino también a menores y a personas no vinculadas a ese negocio «es lamentable y demuestra que no hay gobierno», manifestó.
En palabras de Triana, su esposo afirmó en numerosas ocasiones que «es difícil que un periodista escriba sobre los atardeceres y los jardines mientras siga cayendo gente en medio de la injusticia y la impunidad».
Además, pidió a las instituciones «celeridad y resultados lo más pronto posible» y sostuvo que «sería ejemplar que por primera vez en su vida, desde la creación de las instituciones, se aclarara su asesinato», ya que es su obligación y «para eso les pagamos».
Según Triana, en México la corrupción «es el pan de cada día», a la vez que el narco «tiene copados todos los espacios».
Además, aseguró que «es importante que las instituciones civiles y de periodistas hagan presión», porque «puede servir para avergonzar al Gobierno mexicano».
Al gremio de periodistas le pidió que «dejen de ser reporteros de oficinas y salir a las calles, gastar las suelas de los zapatos y dar visibilidad a esas personas que son víctimas de la violencia», afirmó.
De Javier Valdez, Triana destacó «su convicción por la justicia y la democracia, por hacer un periodismo digno, crítico y responsable», periodismo que hizo que cargara con muchas de esas historias y se llevara con él la tristeza que encerraba cada una de ellas.
Valdez, cronista y columnista especializado en el narcotráfico y el crimen organizado en México, colaboraba en diferentes medios y escribió varias obras sobre la droga, como «Malayerba», «Miss Narco», «Los morros del narco»,o «Narcoperiodismo».
El pasado 15 de mayo, Javier Valdez fue asesinado a plena luz del día en Culiacán, aunque aún se desconoce la identidad de los autores y su muerte elevó a siete la de periodistas en lo que va de año. EFE