POR JOAQUIN HURTADO
1. El filme es un documento visual que refleja con exactitud el clima que existía entre los maricas y portadores que asistimos un año después a la IX Conferencia Internacional en Berlín del 7 al 11 de julio de 1993.
2.De Monterrey fuimos dos activistas: Óscar de León y yo, además de un científico especialista en enfermedades tropicales del HU, de apellido De La Garza, que hablaba perfecto alemán pero ni era marica ni era portador de vih/sida, pero muy solidario con nuestro «estilo de vida».
3. A pesar de las más de 6.000 representaciones, nada útil salió de la IX Conferencia, el ánimo entre los científicos y afectados era de confusión, rabia y desesperanza.
4. Las expectativas en la vacuna experimental de Jonas Salk, para ser aplicada entre las personas ya «infectadas por el VIH», se esfumaron cuando en su presentación se demostró que la vacuna era un fiasco.
5. Yo escuchaba algo sobre el «Ensayo Concorde» en los pasillos del Centro de Convenciones. La Farmacéutica Wellcome hacía esfuerzos desesperados por rescatar algo de su inversión con sus medicinas y promovía simposios satélites, donde había almuerzos gratuitos. Óscar y yo desayunábamos bien rico y gratis como asistentes con gafete de Prensa.
6. El único medicamento existente «AZT», decían los investigadores del Concorde, no reportaba beneficios a los individuos VIH-positivos asintomáticos- , las acciones de Wellcome continuaban cayendo. Nosotros come y come gratis y como reyes.
7.Berlín 93 representó un avance. Por primera vez en una conferencia internacional de sida hubo presencia de una feroz postura crítica con respecto al dogma oficial del sida. Acudimos a Berlín desde Norte y Sudamérica, Africa, India y la mayoría de los países europeos.
8. Los críticos al dogma prevaleciente se manifestaban fuera del centro de conferencias (ICC), con pancartas y gritos, denunciando la «mentira del SIDA» y el «AZT, veneno para ratas».
9. En la conferencia los periodistas preguntaban a los organizadores de la conferencia ¿por qué no estaban presentes voces alternativas? por ejemplo el virólogo negacionista del sida Peter Duesberg y el co- descubridor del virus Robert Gallo. Absurdos y paradojas prevalecientes.
10. Los periodistas no estaban satisfechos, y puntualizaron que la conferencia había emitido invitaciones para hablar con miembros de ActUp y Project Inform y al desacreditado experto en sida, Robert Gallo. Bravos los reporteros del mundo y yo de oreja detrás de ellos, en el doble papel de activista y periodista.
11. Yo veía al grupo radical ActUp manifestarse igual que en el filme, se escuchaba un prolongado silbato agudo y luego consignas, globos con pintura roja y manotazos en los stand, gente que se tiraba al suelo imitando a los cadáveres. Yo escondía el gafet de prensa y me unía a los chicos desesperados que usaban el factor sorpresa para hacerle la vida imposible a las farmacéuticas y las agencias de cooperación internacional. Eran centenares los miembros de ActUp, así que era fácil colarse entre sus filas. Mi francés e inglés me permitían informarme que las autoridades alemanas imponían multas de casi mil marcos por daños a propiedad ajena.
12. A aquellos chicos no les importaba la multa. Desahogaban su furia sin esperar aprobación, creo que los organizadores por solidaridad o miedo hasta les condonaron la cuota de entrada a la Conferencia de casi mil marcos alemanes.
12. Había rumores de que muchos activistas habían viajado a Berlín, alojándose en hoteles lujosos con piscinas, con todos los gastos pagados por la Wellcome. Un representante de Londres de ActUp supuestamente admitió que su grupo había recibido 50.000 libras de la Wellcome.
13. Un representante de la principal organización del sida en Alemania, Deutsche AIDS-Hilfe, dijo que nadie debería escuchar a los críticos al sida y mostró un panfleto «¿Todo mentira? Argumentos para el Criticismo al SIDA». Escuché que alguien se refería a los manifestantes como «huevos podridos» y una cámara mostró un primer plano de un huevo apachurrado.
14. La Organización Mundial de la Salud y el Banco mundial presumían cantidades escalofriantes de dinero asignadas en la «Prevención del sida». Por ejemplo, 250 millones de dólares habían sido enviados a Brasil, para que la población pueda estar informada sobre los condones y medidas «seguras». Yo me preguntaba por qué a Mexico no, menos a mi ciudad natal. Oía en ruedas de prensa preguntas que hoy consideraríamos absurdas: «¿No es momento de reconsiderar las ortodoxias básicas del sida, incluyendo la supuesta propagación heterosexual?».
15. Al concluir las agitadas y desconsoladoras sesiones de las maratónicas jornadas de la Conferencia, Óscar de León y yo nos íbamos a putear y bailar a las discos y baños sauna gays de Berlín. Crónicas que aparecen en mi libro Laredo Song. Y cogimos a lo bestia con medio mundo, incluyendo miembros de ActUp, hermosos chicos que venían de EU y las principales ciudades europeas. No había cura pero sí mucha carne maldita, infectada, enloquecida por el miedo a la muerte y las drogas de moda.