POR DANIEL BUTRUILLE
La vida política de México, en estos tiempos electorales, refleja una clara tendencia de los pretendidos actores (muchos de ellos, todavía enfrentando las pruebas de un casting que no lograrán superar) a demostrar un objetivo evidente de persecución del bien particular, en vez de demostrar interés en el bien común que supuestamente es el propósito de la actividad política. Difícil es mantener registro de cuantos supuestos políticos, cambian afiliaciones solamente para mantener esperanzas de seguir en la nómina electoral. Y que vamos alegremente del PAN a MORENA, y que dejamos el PAN para ir a Movimiento Ciudadano, y que abandonamos el PAN para ser vocero del PRI… podemos seguir con tantos ejemplos que la única conclusión es para llorar. Llorar la ausencia de convicciones, llorar la ausencia de ideales para construir una mejor sociedad, llorar esta prioridad de permanecer en el escenario, aunque sea con un papel de traidor o de renegado. ¿Hay necesidad de poner nombres y apellidos para justificar este reclamo? Sobran y todos los conocen. Parece que México está tocando fondo. Bajo la conducción equivocada de un presidente que no tiene consciencia de que los medios para lograr el éxito desvirtúan su quehacer, bajo la funesta influencia de unos partidos que han confundido el desarrollo social con el desarrollo financiero, económico y social de sus miembros, en detrimento del país, bajo el fatal impacto de una corrupción tan extendida que nadie entiende cuales son los límites, la palabra política ha perdido su sentido. ¿Quién se preocupa del bien común de los ciudadanos? ¿Quién se preocupa del incremento irresistible de una pobreza insultante? ¿Quién procura el bienestar de una nación que está por desaparecer bajo los efectos de la corrupción y de la violencia? La narco política nunca será política y nunca procurará el bienestar de las familias. México se ha tristemente transformado en una narco nación en la cual los únicos intereses que prevalecen son los de la violencia y de un poder destructivo. Reto a los candidatos, los de los partidos y más aún, a los independientes, a que se atrevan a demostrar lo contrario. Los electores tendrán problemas serios para encontrar candidatos que no estén sujetos a la influencia mortal de la narco política. Que me contradiga el Bronco. ¿Habrá una excepción en el elenco que se someterá a nuestra elección? butruilled@hotmail.com