ROBERTO GUILLEN
@Periodistta
El magistral monero Helioflores lo ha retratado tal como es: un charlatán chiflado. Un desquiciado consumido por el odio y la viscera. Un ultramontano que traza el advenimiento de la ultraderacha neo-cristera, famélica de cultura política. Si, a los gilbertianos los une un odio enfermizo a la figura de López Obrador. No hay mas. Cero propuesta. Están superenchilados. Que bien traza el monero
Helioflores a ese napoleoncito trasnochado que anda miando fuera de la olla…Constitucional. Que le anda rascando los huevos al tigre. Vaya vocación para el humor involuntario. Nos ha hecho reír para la vida, con su pintoresco plantón que ha provocado tantas carcajadas. Sin miedo al ridículo: la esquizo-frena connota la estentórea derrota del prian,
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Nuestro México es maravillosamente inusitado. Un carnaval de lo inesperado. Una pasarela de lo inverosímil. Una retahila de excentricidades. Una sociología de la vitalidad esperpéntica.Una exótica fauna sin zoológico. Un pertinaz decir: cuando creíamos haberlo visto todo…que aparecen los gilbertianos desquiciados.
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Una vez más, levanto mi copa de espumosa Bohemia, y a los cuatro vientos brindo por la potencia lúdica de los moneros. Gracias Helioflores.