POR DANIEL BUTRUILLE
El abismo entre el “México de todos los días” personificado por AMLO y el México de los políticos y de los que se creen dueños del país se está acentuando. También se acentúa el abismo entre las perspectivas electorales del “México de todos los días” y el México soñado por quienes imaginan que después de seis años de corrupción y abusos cotidianos del poder, los electores están dispuestos a olvidar tantos insultos y tantos agravios continuos. Enojo y arrogancia cómo dijera Luis Rubio. Mientras AMLO sigue firme en su negación de un aeropuerto que significa tecnología, modernidad y conectividad con el mundo, todos sus contrincantes lo descalifican por este motivo, sin entender que el electorado mayoritario no se envolverá en la bandera nacional por un aeropuerto de 250 mil millones de pesos que nunca conocerán, menos usarán y que solamente representa despilfarro para más de 60 millones de mexicanos que viven en la pobreza según los criterios del CONEVAL. “Espanta inversiones” para Ricardo Anaya, “peligro para la seguridad, el empleo y la transparencia“, para José Antonio Meade, generador de pobreza para Jaime Rodríguez, solamente caemos en descalificaciones electorales, que no aportan a ningún proyecto de Nación, que es lo que nos debe preocupar en este momento. Me temo que AMLO haya escogido un terreno minado para librar batalla. Pero lo peor es que sus adversarios se dejaron atraer a este campo lleno de peligros y no son capaces de desprenderse de esta trampa sin salida. Desgraciadamente, el NAIM será tema central del próximo debate, cuando hay tantos temas más relevantes: educación para un futuro incierto, inseguridad que afecta la vida diaria de miles de personas y la narco gobernanza que sigue prevaleciendo, corrupción que descalifica el mundo político, jubilaciones inciertas que dejan la suerte de los ancianos en las manos de unas familias que no pueden con sus propios hijos. Un país que no tiene claro su futuro no puede desperdiciar sus energías en descalificaciones. Urge que se definan los rumbos que transitarán 125 millones de mexicanos. ¿Será México actor principal de la segunda mitad del siglo XXI? butruilled@hotmail.com