POR DIEGO OSORNO
Olvidarme del periodismo, encontrarle otro uso a las palabras, tratar de volver a la adolescencia, cuando escribir era abandonarse a todo y no un acto de resistencia, es algo que me atraviesa de repente en Culiacán mientras peregrino casas, criptas y calles tristes en honor de un amigo asesinado por vivir bajo el hechizo del periodismo.
Un sombrero tirado en el asfalto del mediodía, eso es el periodismo.