POR DANIEL BUTRUILLE
Cuando Mauricio prometió dedicarse cuerpo y alma al futuro del Mauriciosaurus Fernandezi, miles de sampetrinos aplaudimos la sabiduría, deseando lo mejor para los nuevos conocimientos que se iban a beneficiar de la dedicación de una nueva eminencia en las ciencias paleontológicas. Ahora que amenaza con regresar a dedicarse a los “Sampetrinosaurus Garzazensi” miles de sampetrinos alertamos contra el peligro por San Pedro. Un pterodáctilo en medio de tantos edificios altos puede resultar peligroso. Somos miles para advertirle que no es lo mismo “Los tres mosqueteros” que “Veinte años después”. Mauricio ganaría mucho en dedicarse a los tres árboles que le quedan en su propiedad rústica de Lampazos. San Pedro ganaría más si los expertos tuvieran la palabra por encima de los supuestos políticos. Mañana se seguirán plantando árboles. Y pasado mañana también. ¿Se dará cuenta Mauricio que la vida, incluyendo la vida política, tiene un principio, un apogeo y un final? ¿Se dará cuenta Mauricio que si no le gustan los sucesores que le proponen su partido, el problema es con su partido y no con los sampetrinos? No hay nada más triste que un triste final de una historia política exitosa. No hay necesidad. Puede haber un final feliz, con aplausos y nuevos horizontes; y otros jugadores. Esto se llama democracia. butruilled@hotmail.com
