POR ROBERTO GUILLEN
@PODERyBelleza
Cuantas veces tuve la fortuna de atestiguar la vida real de un activista. De conocerlo en sus diferentes facetas y temperamentos. De viajar y experimentar un desacuerdo. De celebrar una victoria y lamentarnos por algún objetivo no conseguido.
Tal fue mi experiencia con el luchador social Nacho Zapata, quien en su lecho de muerte me mandaba hablar para pedirme un favor:
Mira mi Guillén, te vas a aventar una misión imposible…allá abajo hay una tiendita donde venden unas galletas, pero el doctor no me deja comer, pero yo tengo un chingo de ganas de esas, traítelas escondidas y también tráeme un refresco…ponte al tiro porque los guardias no dejan pasar alimentos…
Y conseguíamos el objetivo… que Nacho recibía sus galletas como un delicioso manjar en el Valle de la Muerte.
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Otra de las vivencias que presencié,y que me trasladan a la actual experiencia de la activista Rocío Montalvo, fue cuando acompañé a Nacho Zapata al mercado para comprar unos aguacates, chile, cebolla y tomate, con los cuales habríamos de preparar un delicioso guacamole.
Recuerdo que el comerciante pesaba cada bolsa, y diligentemente nos daba el precio de cada producto, pero lucía cabizbajo, ocupado en checar la cantidad de exacta de los gramos, de tal manera que cuando levantó su rostro, fijo su mirada en Nacho Zapata y le dijo:
«Yo usted lo conozco…usted sale en la tele, usted lucha por el Pueblo»
Gracias, don, respondió el activista, para después preguntar:
Cuánto va a ser don?
No, no es nada…ojalá hubiera muchos como usted que luchan por el Pueblo…
Como periodista me resultó una experiencia enriquecedora, que hoy les transmitimos, dado que nos hemos enterado de las andanzas de Rocío Montalvo, quien se negó a desfilar en las pasarelas de la partidocracia, y prefirió ir a las colonias para tocar las puertas de la gente; calle por calle y casa por casa, para juntar las firmas que el arbitro electoral le solicitó, de tal manera que pueda competir por una diputación.
Sin grandes recursos y con un reducido equipo de voluntarios, la dirigente del Colectivo Unete Pueblo gastó suela y se internó en todo tipo de territorios, algunos de ellos, dominados por algún cacique de la partidocracia. De tal manera que en su andar generaba desde aplausos de bienvenida, expresiones motivantes y otras no tanto.
Pero al pasar por una colonia un grupo de jóvenes no la vieron con agrado; como los animales, sintieron que su territorio era invadido y prorrumpieron en expresiones altisonantes. Pero sin amedrentarse y no sin el nerviosismo natural que provoca un gesto amenazante, la luchadora social se acercó a la pandilla del barrio para hablarles de su inquietud por competir por una diputación y servir a la comunidad.
Pues resulta que el jefe de la manada se le quedó viendo, y tras registrar la figura rolliza de Rocío, le dijo:
Yo a ti te conozco…dónde te he visto, dónde te visto…yo te he visto…
Yo soy Rocío Montalvo, dirigente de Unete Pueblo, nos han entrevistado muchas veces en la televisión por luchar en favor de los usuarios del transporte…
A si, si en la televisión, es cierto…
Cuentan los admiradores de Rocío Montalvo, que en ese instante se lo echó a la bolsa y el jefe de la pandilla ordenó que todos la apoyaran con su firma…