Por: Vico Canales
Pues sí, eran las 23 horas (11 de la noche) cuando salí de un restaurante, la famosa Taquería Juárez y se me hizo fácil abordar un vehículo de alquiler.
Para mi mala suerte el chofer tenía toda la intención de robarme, pero con lujo de violencia, junto con otro que nos seguía a distancia.
Sin dinero y teléfono pues estaba frito, y un señor de avanzada edad me vio deambular por esa colonia Independencia, atrás de la Casa del Obrero de la CTM.
Se detuvo en la vieja camioneta que conducía y me preguntó: “Amigo… ¿qué anda haciendo a estas horas?” y al acercarse más a mí me dijo… “Aaaaaaaa… yo lo conozco a usted, es periodista, seguido lo menciona el arquitecto Benavides”.
Pues le dije lo que ocurrió, me ofreció darme un ride pero le dije que no traía dinero, ni nada, sólo la ropa…
Amanecí muy mal, golpeado en todas partes del cuerpo y un rasguño en la nariz profundo y doloroso.
Es lamentable que los índices delictivos están al alta, no se confíen en los taxis amarillos, hay que gastar más, pero ocupar taxi seguro.
Las autoridades aseguran que son menores los índices delictivos, gran mentira pues la realidad es otra.
Por poco me matan esos dos “taxistas”, pues traigo golpes en todo el cuerpo…
En fin, hoy me tocó a mí.
Saludos afectuosos y estoy vivo de milagro…