DANIEL BUTRUILLE
La democracia en Nuevo León está gravemente enferma por culpa de sus actores, todos contaminados por un virus de soberbia, de mezquindad individual y colectiva, de desconocimiento de las leyes que juraron respetar y hacer respetar. Los doctores la amenazan de muerte súbita al cortar el abastecimiento en oxígeno sin el cual no pueden sobrevivir. Un gobernador que violó la ley electoral para lograr una candidatura con la cual se cubrió de ridículo, emborrachado por una victoria en las urnas estatales obtenida en base a un éxito de marketing político sin precedente. Victoria hueca, ya que la intención era repetir su hazaña a nivel nacional, pero su manifiesto de proponer cortar las manos de los ladrones debería haberse volteado en su contra, ya que fue el primero en robar el dinero del presupuesto estatal para sus fines personales. Unos diputados ignorantes de la Ley que al intentar destituirlo recibieron finalmente un manotazo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, recordándoles que el camino de la destitución pasaba por un juicio político, pero en el Congreso de la Unión. Ahora estos mismos diputados soberbios, mezquinos e ignorantes de la Ley se ven amenazados a su vez de destitución por la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación, por desacato repetido a resoluciones del Tribunal. ¿Qué validez pueden tener las decisiones ejecutivas de un gobernador violador de la Ley? ¿Qué fundamentos pueden tener las Leyes aprobadas por un Congreso local ignorante de la Ley y cuya soberbia lo conduce a creerse soberano en todo sin entender las limitaciones que la marca la Ley? Y que sin entender la base democrática de la separación de poderes cuestiona las resoluciones de una Sala de la Suprema Corte de Justicia estableciendo que los Congresos locales no son soberanos y autónomos al elegir o ratificar a integrantes del Poder Judicial. ¿No gastan lo suficiente en seudo asesores para conocer los antecedentes indispensables? La enfermedad puede ser mortal, ya que si la SCJN decreta destitución, Nuevo León se encontrará frente a una crisis institucional sin precedentes. ¿Alguien querrá reelegir a algún miembro de este Congreso? butruilled@hotmail.com