ROBERTO GUILLEN
No le podíamos quedar mal, de ninguna manera podíamos mexicanamente soslayar al gran Carlos Monsiváis, cuyas crónicas nos bebimos a borbotones en la otrora insumisa revista Proceso. De una u otra manera teníamos que saldar la deuda con el Maestro. Bueeno, ese «teníamos» entre comillas, porque en la Patria de los Flores Magón el gremio de los periodistas está muy dividido, es decir, en buen mexicano, está muy jodido. De tal manera que ese sabadito lindo 17 de Abril, la única persona que acudió al llamado fue mi brother Carlitos, quien hizo las veces de camarógrafo para realizar la entrevista a la señora Argelia Montes, nuestra homenajeada. Que vimos emerger su activismo por las calles de Monterrey, bajo la égida de la Tribuna de Vigilancia Ciudadana. Que somos testigos de su indignación permanente. Que su lucha no fue esa llamarada de petate en que suelen terminar algunas penosas promesas. Que una noche compartimos la cena en el Neuquen, junto con su marido, un regiomontano dispuesto a impulsarla hasta donde fuera posible. Que en tiempos de pandemia se insubordinó contra lo establecido y presta andaba al volante por la ciudad socorriendo con el dióxido de cloro, a quien así lo requería.Que una regiomontana madre de familia así, no todos los días te la encuentras en las lineas desérticas del activismo social regiomontano. Que desde el más allá un amante de las causas perdidas nos ha tocado para movilizar la conciencia, y por sobre la chingada, hoy podemos decir que existe la Liga de Periodistas Carlos Monsiváis.
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pdta. mi gratitud para Jesús Cortéz, Guillermo Colín, Marco Patrón, Miguel Jasso, Sergio Medina y Félix Estrello, quienes hicieron posible el bello reconocimiento en cristal que le brindamos a la señora Montes. Seguiremos informando…