ROBERTO GUILLEN
Hoy por hoy, hablar de Tamaulipas es hablar del intrincado proceso judicial que se le sigue al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, quien peliculezcamente se defiende como gato boca-arriba bajo el cobijo de sus tanquetas y demás cuerpos policíacos. Pero no podemos tratar del tema sin mencionar a su temerario acusador, el Senador Alejandro Rojas Díaz Durán, quien hoy no solo está convertido en un personaje de la política nacional, sino que se perfila como uno de los candidatos que habrán de competir por la gubernatura del estado fronterizo, y con una alta posibilidad de ser el próximo gobernador, por no decir que prácticamente ya tiene en la bolsa el triunfo.
Al igual que Santiago Nieto, el senador por Tamaulipas representa los valores de la Cuarta Transformación: funcionarios determinados a dar un combate frontal a la corrupción. Funcionarios que literalmente se atraviesan frente a los nudos delictuosos que ya frisan en el escándalo de la corrupción, y que por el poder corruptor que esgrimen, pocos se atreven a denunciarlos, como lo es el andamiaje del gobernador Cabeza de Vaca.
Efectivamente, se requiere de una Valentía a prueba de los legendarios cañonazos, pero también de una sólida formación,amen de abrigar un proyecto de Estadista que convoque a todas las fuerzas de Tamaulipas, y que de la manera más inclusiva se dispongan a trabajar por el reestablecimiento del tejido social, tan dañado por las recientes balaceras que sacudieron a todo el país.
Seguramente es la determinación con que el senador Alejandro Rojas Díaz Durán asume sus compromisos, lo que ya lo tiene posicionado en las preferencias de su pueblo. Por lo tanto, es cuestión de tiempo para que el estado de Tamaulipas también sea gobernado por el MORENA, que ya está presente en medio país.
Alejandro Rojas Díaz Durán, Valor y Figura de la Cuarta Transformación.
