@guillenwriter
Un gratisimo sabor de boca me dejó El Dolor del Vacío, la exposición que presentó anoche Jair Hernández en el espacio galeristico de la Gran Logia.
«Aaaahhh…», fue mi primer instintiva expresión cuando ingreso a la galería y me recibe un violinista en plena faena, mientras mis pupilas son acariciadas por la obra del artista , donde plasma el Dolor del Vacío que nos produce el martillante consumismo, siempre buscando satisfacer aquello que el día de mañana es superado por otra seducción mercadologica, en una carrera loca que nunca termina, mientras un oleaje de narcisistas nos asaltan por las tripas de la virtualidad.
Al caminar entre la gente y contemplar las obras, recordé aquel dolor del vacio que me producían los muros de la Logia, cuando solo se reducía a un espacio para eventos políticos o meramente de carácter «social». Entonces yo decía para mis adentros, A esta ciudad le falta Color, no puede ser que esos muros estén vacíos. Dónde están los Artistas? Por qué no invitan a los artistas?
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Ver es una manera de tocar
Picasso
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En la Noche de Jair Hernández felizmente pude volver a constatar que la pintura vive,palpita y viaja en la línea del Tiempo. Hablamos de una mixtura expresionista que nos evoca a los grandes maestros que alimentaron el alma el pincel y la imaginación de Jair: Caravaggio, Rembrandt y Picasso.