POR ROBERTO GUILLEN
Cincuenta años después, la Generación del Cambio reivindica su compromiso con la Historia… y ahora nos anuncia el anhelado encuentro con su Alma Mater: la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se trata de un valioso grupo de universitarios que se forjaron en la Facultad de Derecho y Ciencias sociales, en un tiempo comprendido entre 1962 y 1967.
Pero no se trata de abogados “codigueros”, ni de mexicanos curiosos que tan solo cruzan la frontera para irse de shopping a un mall, nos comenta el abogado y activista, Mariano Núñez, con eso de que en los tiempos corrientes la era ha desembocado en la “mesa divertida” de lo que Octavio Paz llamó, el fatalismo risueño…
Y hablamos de una generación que le asiste la Generosidad y la Gratitud de reconocer a los padres de la Universidad, como lo son Eduardo Elizondo, José Alvarado y Raúl Rangel Frías.
Será una semana –del 4 al 8 de septiembre – para revitalizar la memoria histórica de lo que somos como universitarios, pero también para enriquecer y potenciar las ambiciones de una comunidad en constante aprendizaje, desde lo que se ha dado en llamar Visión 2020.
Claro que hay que aspirar a la internacionalización de la UANL. Que hay que posibilitar el encuentro con las grandes universidades. Que no podemos quedarnos fuera del fascinante y vertiginoso futuro de la comunidad global y tecnológica…pero sin el Humanismo que le dio origen a la Universidad, todo se reduce a una incubadora mercantilista.
Por lo que resulta plausible la ofrenda floral que la Generación del Cambio va a presentar en honor de Alejandro Treviño, el autor de la primera Cátedra de Derecho en México.
¿Y cuál es el hilo conductor del gran encuentro universitario al que nos convoca la Asociación de egresados de la Facultad de Derecho y ciencias Sociales, que hoy dirige la licenciada Norma Escamilla?
El Espíritu de las Leyes…y el Gran Fray Servando Teresa de Mier