El televisor volvió a unir a los mexicanos durante este 6 de Mayo para que fueran espectadores de un combate de boxeo que abre la cuestionante sobre a dónde va el deporte mexicano. Lo que muchos televidentes vivieron fue la crónica de una derrota anunciada, a sabiendas que los dos pugilistas mexicanos más populares en realidad no cuentan con las tablas ni el tezón para desarrollar una pelea con coraje y arrojo.
Los doce rounds que sirvieron para explotar los cortes publicitarios de manera vulgar, también demostraron que el heredero de Julio César Chávez nunca ha tenido el nivel que sus promotores han presumido y defendido durante años. Avalado por televisoras y comemntaristas a modo, Julio César Chávez Jr. es una invención mediátuca más que ha dejado de servir a los publicistas. Ahora los medios piden a México reverenciar a su nuevo rey del boxeo, para que a través de El Canelo, confluya la mercadotecnia.
Depsués de este pseudo espectáculo queda abierta la pregunta si esto es todo lo que hay. ¿Son estos dos «costales» los non plus ultra del boxeo mexicano?