RAÚL A. RUBIO CANO
Murió Alfonso Rangel Guerra (16 de noviembre de 1928-6 de mayo de 2020). Se va un universitario que supo conservar y difundir la obra de Alfonso Reyes e impulsar el humanismo en nuestra Máxima Casa de Estadios, como en el estado de Nuevo León y la región noreste, llegando sus influjos a la intelectualidad de la capital del país. Es de reconocer, el desempeño como rector de la UANL en los años 1962-1964. Embajador en España, para los años 1983-1985; Secretario de Educación del Estado, en 1988 a 1991 e igualmente, en 1996 a 1997; como también, presidente de Conarte, de 2003 a 2006. Deja Alfonso Rangel Guerra, con su labor, un notable ejemplo y recuerdo como hombre de letras y funcionario del Estado, en materia educativa, cultura y Relaciones Exteriores. Descanse en paz tan singular y trascendente universitario. Y, regresando a la lucha diaria por un mundo mejor para todos, el próximo sábado 9 de Mayo se conmemora el Día Mundial de las Aves. Basta, en referencia a ello, recordar la lucha y el contexto en que se defendió hace dos años, el respeto a la llegada del 42 por ciento de las aves de la región, al ahora maltratado Parque Rufino Tamayo, en San Pedro Garza García; un sitio, donde la avaricia de unos cuantos se han encargado de ir destruyéndolo. Recordemos lo que se escribió sobre ello, por un servidor, en Monitor Político del 17 de julio del 2018, señalando entonces: “Hace días, Jorge Ortiz Mena, vecino de San Pedro Garza García, envió carta al alcalde electo de esa municipalidad, Miguel Treviño, para informarle de la gran trascendencia que tiene para la vida de los ecosistemas del noreste mexicano y en particular, para los sampetrinos, el Parque Rufino Tamayo. Sí, el mismo parque público, que el todavía alcalde, Mauricio Fernández, busca destruir para establecer allí un museo, proyecto que según información del mismo Cabildo sampetrino, es más grande la cafetería que la sala de exhibiciones y, todo por lo visto, en informaciones de redes sociales, a Mauricio le urge terminar esa obra porque tiene serios problemas familiares con su todavía esposa y teme perder su flamante colección al ser esos bienes divididos en tal conflicto; por ello, quiere crear un fideicomiso y así, meter candados a esas colecciones y que los vecinos y la Madre Naturaleza, le paguen sus pretensiones de coleccionista; cuando de hecho, esos bienes, son en rigor de la Nación y no de él, y en todo caso, deberían de estar en un museo de la Nación y no, como un botín personal; una realidad que ya el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debería de intervenir ante el peligro que corren todos esos bienes y que lejos de otorgarle permisos (si es que los tiene ) para que Mauricio los posea, pues, mejor que le entregue un diploma por sus cuidados de los años que tuvo posesión de ellos y, que la Nación los acomode en sus museos y no en museos que afectarán a vecinos, los dineros de esa municipalidad y ecosistemas de la zona. Mire usted, en materia de ecosistemas, Jorge Ortiz, le indicó en esa carta a Miguel Treviño, que el Rufino Tamayo, es un parque muy importante para la asociación eBird, manejada por la Universidad de Cornell en USA y, que a pesar de ser un parque de 8 hectáreas, tiene registrado 192 especies de aves, similar a otros puntos con mayor extensión como el Parque Nacional Cumbres de Monterrey y el Área Natural Protegida de Sierra de Picachos, explicando Ortiz, que esa riqueza de aves en pequeña área natural, es porque coincide el Tamayo con la terminación del corredor biológico tropical de la Sierra Madre Oriental y el inicio del Desierto Chihuahuense y, la Sabana Tamaulipeca, concurriendo así, diferentes hábitats y respectivas especies; agregando, que dicho parque público, es ruta de un corredor migratorio. Además, que en todo México se tiene registradas, 1,110 especies de aves; en el estado de Nuevo León 457 especies de aves de las cuales, 192 (el 42 por ciento), llegan al Tamayo, siendo ello algo extraordinario, debido a su limitada extensión. Todas estas observaciones son el fruto del trabajo de años del Club de Observadores de Aves del Noreste (COANE), el cual fue fundado hace 25 años por don Andrés Marcelo Sada Zambrano, y sesionado en el Planetario Alfa. Defender al Tamayo, es defender la vida de aves, vecinos y presupuesto ¡Órale!” He ahí un ejemplo más de la barbarie sobre nuestras aves y sus sitios de existencia como el Parque Tamayo. Y, para recordar ese día internacional de las aves, el sábado 9 de mayo a las 12:00 horas, en el Huerto de los Leones, en El Barrio Antiguo, por la calle Morelos, entre Mina y Naranjo, se realizará evento cultural para hablar de tan importantes seres que también sufren el maltrato y la destrucción por infelices que de plano ya deberían de haber ahuecado el ala de este mundo, porque la interacción de sus ideas, planes y acciones, sólo ha conducido a verdaderas destrucciones de hombres y Naturaleza. Hoy el río Santa Catarina, además de prestar al año servicios ambientales por unos mil 300 millones de dólares, es ya también un gran santuario de aves y buscan destruirlo, por los zares inmobiliarios y sus corruptos políticos. Por cierto, el día de ayer el mencionado sitio del Huerto de los Leones, sufrió un ataque de la delincuencia, y que a pesar de contar la zona con gran número de policías por la seguridad ante el Covid-19, ello no fue suficiente para atacar y robar equipo de producción de cerveza del Instituto de Héroes Cerveceros y otros bienes de las oficinas del aguerrido licenciado ambientalista, Mariano Núñez González. No cabe duda, esas son las consecuencias por defender a la Madre Naturales de la codicia y la avaricia de unos cuantos sinvergüenzas ¡Venceremos! raurubio@gmail.com