ROBERTO GUILLEN
Cuando hay amor por la Comunidad , se consiguen resultados grandiosos, tal como este periodista iconoclasta lo atestiguó con la bella posada que el buen Francisco E Zamora P organizó en equipo con la comunidad otomí, allá por la colonia Lomás Modelo. Fue una fiesta de Alegría donde también se dejó ver El Centinella Urbano y el archiconocido El Señor de los vochos , quien arribó con unos sesenta automóviles, otorgándole un espectacular colorido a la posada de los chiquitines, que brincoteaban de felicidad, porque entre esos coches de colección también venía Santa Clos con un titipuchal de juguetes, pastelillos , chilidogs, tres piñatas y con un animador incluido, que se hace llamar «El Cubano». La neta, la neta, a pesar de que apenas empieza este mexicanísimo ritual de las posadas, no creo que vaya haber una posada más grandiosa. Sobre todo porque fue un bello evento de espontanea generosidad, donde el espíritu navideño no está supeditado a las ambiciones por buscar un hueso. Es decir, fue una fiesta auténticamente ciudadana. Fácilmente en el predio contiguo a Lomás Modelo, había unos 150 chiquitines que se fueron bien cuajados con sus juguetes y balones de futbol. Destacable, muy destacable la capacidad de organización de las mujeres otomíes. No se diga, la colaboración de mi amiga Lizett Floress , que también se disfrazó de Santa Clos, aunque ella no lo necesitaba, porque Ella es alegre por naturaleza. Una alegría que se contagiaba entre toda la concurrencia, mientras que mi brother, también conocido por sus amigos como Pack Zamora, se distinguió por su profesionalísimo liderazgo, buscando que la fiesta de los chiquitines fuera un evento de maravilla. Me quedo con esta expresión del Señor de los Vochos, cuando le pregunto qué se necesita para pertenecer al club de los vochos. Así responde el Humanismo de un singular ciudadano: Nosotros no somos un club, somos una Comunidad.
@guillenwriter
