POR DANIEL BUTRUILLE
Los electores de México reprobaron en forma abrumadora los últimos treinta años de política económica y social de un sistema neoliberal que dejó la mayor parte de la población fuera de los beneficios de la bonanza económica del país. También reprobaron de manera inequívoca, los regímenes de corrupción, de violencia inútil y de abusos que caracterizaron los últimos 18 años. El resultado de la elección del día de ayer deja un país profundamente dividido, pero ahora, la mitad de la población que en alguna forma se benefició de las bondades del sistema anterior, se dividió y en esta división cedió el control del país a una nueva escuela social y política que promete mayor justicia social, menos inequidad y una reactivación de la economía nacional basada en un despertar del consumismo y de la producción local. El discurso de AMLO, casi presidente electo de México, fue dual. Conservador y prudente frente a la prensa nacional e internacional. Aventado y populista en el Zócalo. Todavía no queda muy claro en que consiste la cuarta transformación anunciada. Solamente que aspira a dejar huella histórica. Esperamos que vaya más allá de aspiraciones históricas y que logre una transformación verdadera de una sociedad que en buena parte sigue viviendo en el siglo XIX, y que aspira a entrar de lleno en el siglo XXI, con todos sus beneficios de modernidad y de bienestar. ¿Entenderá AMLO lo que significa modernidad? ¿Más allá del teléfono celular y de las redes sociales y tocando a los temas esenciales de la salud y de la educación, mucho más allá de una reforma educativa mal entendida? Sin olvidar el combate a la corrupción y a la impunidad, no el perdón y el olvido de los despojos practicados al país. Nuevo León tendrá una posición muy difícil en esta transformación. Ya castigado por un gobernador independiente que no ha gobernado cabalmente, se encontrará de nuevo en postura desfavorable frente a un presidente cuyas lealtades están en otras regiones del país. Solamente quedará esperar que los dos pilares de la estructura del nuevo gobierno, Poncho Romo y Tatiana Clouthier no se olviden de inclinar la balanza hacía el estado de Nuevo León, para no empeorar la situación de un estado que solía ser la envidia del país y que pronto pasará a ser una de sus peores lástimas. butruilled@hotmail.com
