POR MARIA LUISA NAVA
Dar de comer al hambriento.
En Unid@s por los niñ@s, un día las señoras nos quitamos la nariz roja y la cambiamos por un mandil para cocinar, sabemos que alguien tiene hambre y nos apuramos a preparar comida sencilla y casera, el día empieza temprano con las compras de los ingredientes, las verduras, el jamón, la sopa, las galletas, el pan y todo lo necesario para preparar una sopita, un lonche, una torta, unos taquitos que se entregaran a mediodía a todo aquel que se acerque a la mesa dispuesta con mantel a las afueras de la Clínica 25 del IMSS, conforme llegamos, y acomodamos la mesa la gente se va a cercando, la organizamos en fila y se inicia la repartición de comida y de agua, refresco y café a todo aquel que se acerque, invariablemente se inicia el intercambio de saludos, deseándoles provecho en su comida amablemente, tal como si fuera restaurante.
Ante una gran fila de personas llega una señora con la boca seca, donde no ha probado ni agua en todo el día… Le saludo y le ofrezco taquitos, lonche, ensalada, agua o refresco y solo atina a contestar- lo que sea– es tanta su hambre que no pone peros a la comida, al fin le sirvo ensalada y tacos de harina y un refresco mientras mi compañera le da una botella de agua que ella mete en su bolsa junto con un lonche, para cenar en la noche mientras, solo atina a decir- Dios les dé más–
ya más relajada le da un trago a su botella de agua y nos platica que tiene 2 meses con su hijita internada, vive en Laredo, Tamaulipas y su esposo se quedó allá trabajando y cuidando a sus otros hijos, mientras ella aquí no se despega de su niña, vive a la intemperie, duerme como puede en algún asiento de la sala de espera o la banqueta, come lo que puede, trae un cambio de ropa en la bolsa de mano -que lava en una lavandería cercana- ante esto, le ofrecí mi casa por si necesitaba darse un baño o descansar un poco, me contesta que no, que no puede irse, qué tal si su hija despierta y no la ve, ¡se angustiaría!, su hija tiene leucemia, tiene 3 años y siempre tiene que haber un adulto cerca y es ella quien está al pendiente, me dice- no podría irme a mi casa tranquila sabiendo que mi niña está aquí y aquí estaré hasta que me la den de alta o algo pase– comenta mientras le rueda una lagrima… yo solo atinó a decirle que todo va a salir bien que Confié en el de arriba, mientras le ofrezco una cobija y más agua…
Nota:
Imagina que estas preocupado por la salud de tu hijo, tu madre, tu esposo, imagina que estas lejos de tu casa, imagina que ya tienes días en una ciudad extraña, imagina que estas solo, imagina que tus pocos recursos ya te los terminaste, imagina que sobrevives en la sala de espera o en las banquetas, duermes cuando puedes donde puedes y comes lo que puedes o alguien te comparte, imagina que necesitas hasta lo más básico…¿ya te imaginaste? yo sí y solo te digo que hasta una lagrima se me sale por esas personas, prójimos nuestros, por favor ponte en los zapatos de ellos, a ellos no les sirven los likes ellos necesitan comer aunque sea una vez al día por eso pedimos tu colaboración.
Apóyanos para que al menos este día ellos no tengan hambre
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Maria Luisa Nava
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