ROBERTO GUILLEN
Y mientras escuchaba el Blue Train del gran Miles Davis, al periodista iconoclasta le cayó el 20 de que su destino también era similar al de la Cruz Roja. Era la voz del Abogado del Pueblo, Aurelio Galindo Briones, quien reclamaba la Pluma Libre, para testimoniar un caso de la gorilesca injusticia en el municipio donde gobierna la priista Cristina Díaz, Guadalupe, N.L.
Como evocando a los Caballeros de la Justicia, también nos acompañaba el servicial Shaka y el honorable Max que nos conducía rumbo a donde despachan las autoridades guadalupenses, para dar cuenta de ese bello acto cuando se cumple la Justicia y liberan a Pedro Emilio Moreno Salas, a quien sustrajeron de su domicilio , sin decir agua va, y nomas por sus pistolas. Osea, osea, sin orden de cateo y sin la correspondiente orden de aprehensión. A los policías gorilas de Cristina Díaz les ganó la calentura de la adrenalina.
Entonces uno se pregunta: donde quedan esos discursos pomposos y oficialescos cuando se presume de una policía científica y de investigación? Esa cosa que llaman inteligencia policíaca- ¿Dónde quedó eso que llaman el Estado de Derecho?
Como si se tratara de un terrible capo, llegaron un chingo de cachuchones y uno que otro mamón ministerial a la colonia Benito Juárez. Como si estuvieran filmando una peli para Netlix, había un gorroso lampareo de torretas por toda la colonia…Ja. Que andaban buscando al supuesto agresor de una fiesta donde la cosa terminó a balazos.
Pero no contaban con que se les iba aparecer El Abogado del Pueblo en la audiencia, y ante el juez de control los hizo ver como un manojo de provincianos por el aberrante proceder de una jauría de policiacos buscando una moto y una pistola, como cuerpo del delito, pero por mas que basculearon, nomas no encontraron ni maiz. Por lo que una vez que el juez de control dictó la inmediata libertad del ciudadano Pedro Emilio Moreno Salas, los cachuchones se transfiguraron en unos cachorros terrones de azucar, agacharon la mirada y no les quedó otra que quitarle las esposas al detenido.
Pero no termina ahí el bello acto de Justicia, queridos lectores, porque una vez que obtuvimos el acto de libertad, nos trasladamos al domicilio de Pedro Emilio para convivir con su familia, mientras el compañero Max acompañaba su guitarra con unas bellas melodías que Doña Cruz, la señora de la casa, disfrutó en compañía de sus hijos y marido, en el contexto del Día de las Madres:
“Aunque amores yo tenga en la vida
que me llenen de felicidad
Como el tuyo
jamás madrecita
jamás habré de olvidar”
Una vez concluida la misión, y de brindar un toque de Alegría,Los Caballeros de la Justicia abordaron la Unidad Móvil Jurídica y emprendieron su camino, mientras el Abogado del Pueblo así manifestaba la Grandeza de Servir a los otros:
“Guillén, por favor infórmale al pueblo de Nuevo León que la Unidad Móvil Jurídica va a operar las 24 horas del día. Hoy ha sido un gran día. Gracias por acompañarme y hacer equipo conmigo. Me siento pleno y en paz con Dios”
