Por: Lupita Rodríguez Martínez
Monterrey.- ¡Hola mamá! Hoy puedo sentirte, porque en mi cuerpo recorren tus sentimientos, tus emociones y tus vivencias. Si te preocupa mi futuro, lo sabré. Si estás feliz o te sientes culpable por mi presencia, también lo sabré. Recuerda que éste es mi lugar, en donde se inicia mi visión de la vida. Piensa que dependo mucho de tu comunicación y del vínculo tuyo conmigo, yo sabré si me deseas o no, porque es aquí donde empieza a formarse mi “yo” más profundo.
Sé sincera madre y cuéntame ¿crees que soy alguien que te complica la vida por quedarte embarazada sin quererlo? Si es así, esto repercutirá en mi futura personalidad, porque puedo llegar a sentirme un estorbo en la sociedad ¿Acaso es papá quien no quiere saber de mí? Entonces dile pues que en mi futuro puedo tener dificultades con mi parte masculina, con la autoridad y con mi capacidad de tomar decisiones.
Mamá también recuerda que si soy deseado, esperado y amado, todos estos buenos sentimientos repercutirán para bien de mi autoestima y de mi felicidad. Piensa que si tú estás bien con tu vida, yo también lo estaré. Tus pensamientos y emociones fluyen por tu sangre y son parte de mi alimento.
Mamá ayúdame a amarte, a comprenderte y a ser una buena persona contigo y con el resto de mi familia. Ayúdame a realizarme dándome amor y también a darme un deseo realizable. Quiero que veas y sientas los cambios y transformaciones que vivo dentro de ti, que veas cómo soy feliz cuando tú lo eres, aunque también siento miedo y enojo. Yo ya soy otra persona que me muevo bastante y que mi sexo ya está determinado, así como lo está también gran parte de mis características físicas y mentales.
A los dos meses de mi existencia ya sé que empiezas a ser consciente de mi presencia, porque ya comenzó el desarrollo de mi sistema nervioso, además mis conexiones cerebrales se van uniendo, poco a poco, gracias a tus vivencias y emociones. Mis brazos, pies y oídos empiezan a brotar y mis ojos empiezan a formarse. También sé que estás sintiendo asco a ciertas comidas y olores, no te preocupes es normal… es por mí presencia.
Acuérdate que en el tercer mes se van formando mis órganos, como son los riñones, el hígado y los pulmones. Los médicos ya me llaman feto, aunque no sé por qué yo sigo siendo el mismo. Mis huesos empiezan a formarse y si quieres que sea fuerte y sano, aliméntate muy bien, come alimentos que contengan vitaminas, minerales, ácido fólico y ácidos omega 3, que son imprescindibles para mi potencial desarrollo como ser humano.
Te darás cuenta de que entre los tres y seis meses es un periodo más tranquilo. Tú empiezas a notar tu barriguita y espero que te sientas orgullosa de tenerla y que la luzcas ante todo el mundo. Mi cerebro empieza a transmitir mensajes y puedo comunicarme contigo. Se empiezan a formar mis uñas, el pelo y hago pipí, además ya me puedo chupar los dedos. Empiezo a reaccionar ante los ruidos, al dolor y a la música estridente. Ya escucho tu voz y empiezo a enterarme de lo que ocurre en el exterior, aunque no lo entiendo.
Después de mis seis meses mis ojos perciben la luz y también percibo los olores. Soy feliz aquí dentro porque me muevo, aunque sé que a veces no te gusta mucho mi ritmo, porque no te dejo dormir por las noches.
A los ocho meses ya puedo sonreír, doy patadas y puedo diferenciar sabores. Soy una persona que siento y que puedo demostrar alegría. Al final de este mes me pongo en posición para nacer.
Sé que a los nueve meses ya estás cansada de llevarme, quizá te peso mucho. Te comprendo, sólo debo decirte que vayas al parto con confianza y tranquila de que nada malo pasará. Mientras más relajada estés, más fácil será mi nacimiento. Acuérdate que todo está bien y que yo soy el que elijo nacer y sé cuándo me conviene hacerlo.
¡Gracias mamá por ser mi madre y darme la vida! Gracia papá por acompañarme en esta etapa de mi vida y por tu ayuda, recuerda que también soy parte de ti y te lo digo para que no te pongas celoso de mamá. Lo que quiero es que esta experiencia sea inolvidable para los tres: mamá, papá y yo.
Esta es la Carta de un bebé por nacer a su madre, escrita por Lorraine H. Newman, reconocida neuro-educadora materno-infantil, que nos sirve para comprender la maternidad como el don natural de la mujer y para expresar ¡Feliz Día de las Madres! de parte de la Sectorial de Mujeres del Partido del Trabajo.