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EL CANCER CULTURAL QUE NOS ESTÁ CARCOMIENDO…

EL CANCER CULTURAL QUE NOS ESTÁ CARCOMIENDO…

Cosas ilógicas pero significativas>
Llámenme intolerante, problemática, crítica o lo que sea, no me importa, pero hay cosas que realmente no pueden suceder, no deben suceder, no hay lugar para que sucedan ni en Monterrey ni en cualquier parte.
Mi madre, una señora de 70 años, echa y derecha desde su primer cabello hasta el último trozo de las uñas de sus pies, trabajadora, reacia, fuerte; no sabe manejar automóvil, se mueve en el transporte urbano porque está en contra de las tarifas excesivas de los taxis, el día 31 de diciembre tomó un camión para moverse de un lado a otro en la ciudad. El camión iba lleno, ella llevaba consigo un bolso, una persona amable le cede el asiento a lo que un hombre de edad joven se apresura y se sienta en el lugar, mi madre le señala que se lo habían cedido a ella a lo que él responde: igualdad señora, yo también vengo cansado.
¿Igualdad? Eso se llama ser gandalla, irrespetuoso, miserable, insensible, apático, ignorante, falto de valores. Y no es porque sea mi madre a la que le pasó que no hizo nada porque simplemente se quedó totalmente desconcertada ante el hecho, pero ¿qué sucede con el resto de los pasajeros? ¿Por qué nadie comentó nada? Estamos hablando de una persona de la tercera edad ante una falta de respeto por un tipo de alrededor de 35 años. El asunto no es porque le sucedió a una de las personas más importantes de mi vida, mi señalamiento es en un panorama general.
Hay algo muy trágico detrás de esto, un cáncer cultural que nos está carcomiendo, una indiferencia detestable.
Es como el taquero que el otro día al preguntarle por mi orden me contesta enfadado que debo esperar porque tiene miles de comandas. ¿Qué sucede con la amabilidad? ¿Dónde está la empatía?
En lugares como Buenos Aires si sucede esto el chofer mismo baja a esa persona, incluso, cuando viajé embarazada en transporte urbano y nadie me cedía el asiento el chofer no daba marcha hasta que alguien lo hiciera, sucedía igual en el metro.
Hagamos algo al respecto, no pido salir a las calles a denunciar, pero si desde nuestro hogar, no tengamos hijos que no podamos educar, no generemos contaminación de valores, mostremos con nuestro ejemplo a los que están a nuestro alrededor que sí es posible un cambio. Eliminemos desde nuestra trinchera ese mal hábito de individualidad. Por favor, hagamos algo.

TOMADO DEL MURO DE RUTH RODRIGUEZ, FOTOGRAFA

Roberto Guillen

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