POR ROBERTO GUILLEN
Queridos lectores, que grata sorpresa nos llevamos al acudir a un certamen de expresión oral entre jóvenes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, organizado en el patio sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.
Lo que un día fundaron y soñaron personajes como Juan Manuel Elizondo Cadena, Raúl Rangel Frías y José Alvarado Santos, empieza a florecer como una vigorosa esperanza que gradualmente vendrá transformar la idiosincrasia de la sociedad mexicana. En cada discurso de la juventud universitaria los hermana un grito de guerra contra el tercermundismo, la mediocridad profesional y una exigente inquietud por desterrar esa imagen ruinosa del mexicano durmiendo bajo un sombrero, junto a un nopal y esperando a que venga una out sourcing -quetzalcoatl del siglo XXI a resolverle sus problemas.
Si unos se pronunciaban por dejar fluir la fresca rebeldía que innova, crea y rompe paradigmas, otros no soslayaban el ejercicio de la Ética como un código de fortaleza para no sucumbir en el intento y quedarse en el camino como otro lactante de la sorda y glotona sociedad cibernética.
La Universidad incubando el Futuro para desterrar el lastre que nos detiene e impide competir en el concierto internacional de las naciones. La Universidad forjando ambiciones e inteligencias. La Universidad modelando un proyecto de Nación…