ROBERTO GUILLEN
En el barrio del Nuevo Mezquital se habla de La Comunista. Por su implacable lucha contra el bandidaje municipal de Apodaca, se le teme, se le ve con peligro y por eso se le difama…y hasta la han encarcelado, pero nunca la pudieron meter al aro de la política electorera y mucho menos a los tejes y manejes de las corruptas componendas que caracterizan a la fauna del PRI. Su nombre: René Echartea Oviedo, quien el próximo 16 de febrero habrá de presentar en la Casa Universitaria del Libro ,su obra «Ser como un enjambre», y a guisa de subtítulo: Memorias de una comunista en Nuevo León. Pues gracias a su editor, Gerardo Ortega, tuvimos la oportunidad de internarnos en sus páginas, que nos bebimos a borbotones, como un feliz hallazgo.
En un mundo marcado por un individualismo atroz, la Comunista nos recuerda la expresión de Mercedes Sosa: «Sólo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente.
Ella es el motor y el alma del barrio. Ella encarna la insubordinada subversiva denuncia que claridosamente espeta en el rostro del bandidaje municipal , mismo que así describe en su obra: «La alcaldía de Apodaca es una dinastía de corrupción».
Ser como un enjambre representa la obra autobiográfica de una mujer que vivió para luchar contra la injusticia. Es la antorcha de la Dignidad que no se puede hacer de la vista gorda. y así lo describe en su legado: Los abusos y la injusticia me hicieron tomar la calle.
Bella obra que transpira un profundo humanismo. René Echartea lo mismo denuncia lo mercantilizada y deshumanizada que está la medicina, como la corrupción en los planteles escolares, con eso de que las mesas directivas se papean con las cuotas que aportan los padres de los alumnos. En su periplo por infundir la solidaridad con sus vecinos y compañeros de lucha,la Comunista nos describe la farsa de los partidos electoreros y la corrupción mafiosa de los sindicatos, como la CROC.
La Comunista siente el dolor de los otros y hierve de rabia cuando los reptiles del municipio les quieren expropiar el oro cristalino, que por tantos años ha pertenecido al barrio del Nuevo Mezquital. Se resisten a ser entubados por los negocios de los municipales. Y cómo pelear contra el corrupto Goliat del Gobierno?
Ser como un enjambre
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A continuación presentamos algunos fragmentos de su obra y legado:
«De mis ojos brotan dos lágrimas que se quedan prendidas de mis pestañas, sin ganas de rodar. Dentro del pecho siento la turbulencia de la rabia, de la impotencia de no poder cambiar este sistema de todos los infiernos, y me pregunto: ¿Cómo se van a defender esos miles de personas que viven en la pobreza? Les cortan la luz cada dos días y también el agua y además viven con una profunda desnutrición. ¿A poco con las ridículas indicaciones de que te laves las manos y que te pongas un cubrebocas se pueden evitar el contagio?»
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«Yo como comunista he dado mil peleas en mi municipio. Empecé desde los años 70 del siglo XX. Recuerdo, por ejemplo, que hicimos una manifestación para exigir al gobierno de Pedro Zorrilla terminar el drenaje de nuestra colonia , pues ya estaba pagado y todas las zanjas estaban abiertas. Diariamente amanecían carros caídos; no se podía caminar entre el lodazal».
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René Echartea encarna la Dignidad del No te dejes, Barrio…