@guillenwriter
Una vez más el licenciado Ernesto Villarreal Landeros volvió a demostrar la formidable capacidad de convocatoria que desde siempre lo ha caracterizado. En esta ocasión, nos convocó a escuchar la conferencia de la Ministra Lenia Batres, con respecto a la reforma judicial que viene:
«Qué poder judicial tenemos?
Y qué poder judicial queremos?», a guisa de preámbulo,así arrancó la señora Ministra su exposición.
Recordemos que antes de que se consiguiera el llamado Plan C, la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, se condujo entre la espuma de la soberbia y una línea política de confrontación. Que nunca estuvo a la altura de eso que llaman Investidura. Pero después de la paliza electoral que les puso la 4T, ahora el Poder Judicial anda muy comedido tocando la puerta de Palacio Nacional para buscar el diálogo.
Encomiable el tono de la Ministra Batres, que ante un auditorio abarrotado, por más de una hora desplegó una suerte de amor patriótico para explicarnos detalle por detalle en qué consiste la reforma judicial.
A pesar de las críticas y las voces reaccionarías de quienes hoy están enquistados en el mismo poder judicial, para la Ministra la reforma reviste una magnitud tan amplía, que no se ha registrado una similar en sus dos siglos de existencia.
Consideró que actualmente la justicia es cara, elitista,desgastante,lenta, inaccesible, inentendible. Una justicia que humilla y con fuertes sesgos clasistas,racistas,sexistas, una justicia parcial.
Y después de todos estos adjetivos, remató con la condición onerosa de la Justicia mexicana, y su vergonzosa danza de miles de millones, cuyo presupuesto equivale al de siete dependencias federales.
Ante el ruinoso nepotismo en que ha desembocado la insensible casta dorada, para la Ministra Batres ya es preciso reformar la Constitución para que los jueces, magistrados y ministros dejen de estar bajo ese manto de opacidad impune y sean expuestos al escrutinio público mediante el voto popular. Consideró que en muchos servidores públicos no hay nociones de justicia, por lo que es preciso estructurar un poder judicial donde la reforma posibilite vocación de servicio con vocación de justicia.
