POR DANIEL BUTRUILLE
Nunca como ahora se confirmó la afirmación de Gabriel Zaid, pronunciada hace más de treinta años, que en México, la corrupción es el sistema. Hace mucho tiempo que se sospechaba de desvíos de recursos federales al PRI, vía los gobiernos estatales, en operaciones coordinadas por la SHCP. La investigación exitosa realizada en Chihuahua que permite comprobar por lo menos una pequeña parte, consistente en un fraude de 250 millones de pesos, abre la puerta a más pesquisas para rastrear miles de millones de pesos que los Fidel Herrera, Javier Duarte, César Duarte, Rodrigo Medina y cuantos más efectuaron de la mano de Manlio Fabio Beltrones y de sus predecesores, con la ayuda de expertos como este Alejandro Gutiérrez, quien, por más que haya sido senador y diputado era finalmente un vil ejecutante de los trabajos sucios del PRI y de su clase dirigente para contrarrestar tendencias políticas negativas. El dinero no lo es todo. A pesar de estas maniobras mafiosas, el partidazo perdió Veracruz, Nuevo León, Chihuahua y muchos más estados. La historia no acaba. Cuando se sepa la verdad, nos daremos cuenta que la realidad supera ampliamente la ficción y que la imaginación de los pillos no tiene límites. Ojalá, estas revelaciones y sus anécdotas asociadas abran los ojos a millones de electores. Más, todavía, cuando el candidato priista a la presidencia de la República tiene la ingenuidad de confesar que le tiene afecto personal al operador principal de las operaciones en Chihuahua. ¡Claro! Poco le importa que en estos manejos a favor del partido, los operadores se quedaran con “comisiones” depositadas directamente en cuentas protegidas. La mugre se distribuye generosamente, con afecto personal. ¿Por qué no? La falsedad de un sistema político en el cual los recursos del gobierno federal se usan para comprar elecciones deberá causar el desplome del partido del gobierno en el próximo proceso electoral. Queda un sistema político por reconstruir para dar al país una nueva esperanza basada en valores sólidos, no en engaños permanentes. Esto podría ser el mejor deseo de quien escribe para el Año Nuevo. México es más que sus políticos tramposos. Ojalá el proceso electoral de 2018 permita demostrarlo y dé lugar a una renovación política basada en la fe en el país, en la certeza que la honestidad vale más que todos estos pillos que nos gobiernan y en la seguridad que existe una justicia que se demostrará tanto en el aspecto social como en el aspecto económico, procurando a una gran mayoría, si no la prosperidad, por lo menos la seguridad de un futuro más promisorio. Mientras tanto, que disfruten de una Feliz Navidad en familia, con Paz y Amor, Salud y Esperanza para todos. butruilled@hotmail.com