POR DANIEL BUTRUILLE
A pesar de notables e imperdonables torpezas de AMLO y de sus (muy desordenadas y muy incontrolables) tropas, las diversas encuestas confirman una ventaja significativa de la coalición Juntos Haremos Historia contra un PRIAN que no encuentra su lenguaje ni el liderazgo que necesita. Un PRIAN que no entiende que hay que aceptar hacer un acta de contrición. Con esto, se valida que el tema principal de esta elección es un castigo a la corrupción desenfrenada que promovió y permitió Enrique Peña Nieto. Para perdición de México. Corrupción que agravió a 125 millones de mexicanos. 125 millones de mexicanos que no están dispuestos a olvidar los insultos y los golpes recibidos por parte de una clase política soberbia e inmoral. Ni un Sistema Nacional Anticorrupción que resultó una farsa para engañar. Nunca intentó ser una solución para moralizar el país. Tarde o temprano se tiene que pagar. ¿Me oyes Rosario? Castigar puede ser un catalizador para aglomerar electores. No es suficiente para construir una base de gobierno, menos una base de gobernanza. El ejemplo dramático de Nuevo León y de su triste y miserable Bronco lo demuestra con creces. 5 millones de nuevoleoneses lo constatamos, sin lamentarlo. Ni Medina está en la cárcel, ni la línea 3 del metro está terminada. La lección se dio y la recibió la partidocracia hace tres años. Si AMLO (y sus asesores) no entiende que México quiere avanzar y no retroceder a tiempos históricos brillantes pero de poca utilidad para el futuro, la ventaja significativa todavía se puede revertir frente a propuestas más actualizadas, a pesar de sus tufos de corrupción y de neoliberalismo. México todavía tiene los pies en el siglo XX y en sus historias moralizantes. Pero una buena parte de México quiere tener la cabeza en el siglo XXI y en sus aventuras excitantes. Quedan menos de dos meses para que un gallo astuto nos demuestre que Juárez, Madero y Cárdenas pueden abrir el paso a un México moderno, de energías renovables, de gobierno digital y de honestidad incuestionable. ¿Cómo se llamará? butruilled@hotmail.com