POR DANIEL BUTRUILLE
“Cortar manos es una idea para reflexionar”. El autor de esta frase sesuda e inspiradora no es otro que Manuel González, gobernador interino del Estado de Nuevo León. No sólo perdimos a un Bronco irrecuperable, también estamos perdiendo al interino lambiscón y fiel a su jefe hasta la ignominia. Esta campaña electoral está causando más destrozos que beneficios democráticos. Un candidato insignificante y sin calificaciones para justificar su presencia en el debate, quien para ganar protagonismo, lanza disparates frente a 11 millones de televidentes, provoca pérdida de sensatez en la cabeza del Estado de Nuevo León. ¿No habrá forma de descalificar las expresiones salvajes del gobernador con licencia y de su interino? ¿No se merece algo más decente y sensato el Estado de Nuevo León? ¿No podrían haber evitado la corrupción agresiva que está corroyendo a su administración? ¿Cuántos mancos aceptarán dentro de la alta burocracia a su cargo? ¿Cuál mano darán a mochar, la derecha o la izquierda? Estos disparates revelan quienes nos gobiernan, su desfachatez, su hipocresía, y su cinismo. El problema de México es más grave de lo que aparenta a través de una simple elección. El problema de México es una clase política totalmente alejada de la realidad y que se mueve en un universo que ni siquiera el mismo Kafka hubiera podido soñar, y menos imaginar. ¡Socorro! Todavía faltan más de sesenta días de campaña y dos debates. ¿Sobrevivirá México a tanta locura? ¿Sobrevivirán los mexicanos a tantos pretendidos políticos locos? ¿Habrá manicomio suficientemente grande para encerrarlos todos? ¿Habrá suficientes guardias cuerdos para cuidarlos? butruilled@hotmail.com