La primera vez que oímos hablar del diputado Waldo Fernández fue precisamente por la estación de radio que lleva su nombre. Nos pareció algo estrafalario y pintoresco, pero jamás nos pasó por la cabeza que terminaríamos como parte de la programación con el proyecto cultural El Contagio de la Imaginación.
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Y una vez que tuvimos la oportunidad de ser parte de un proyecto radiofónico, netamente ciudadano, así lo describimos cuando lo entrevistamos para un programa en la estación de radio Contacto 1190:
“Después de participar en uno de los proyectos que desarrolla el diputado Waldo Fernández, podemos decir que exhibe y denuncia la artritis de los partidos políticos en México. Al instante nos respondió con una carcajada franca y natural, que describe una nobleza luchando por reestablecer el tejido social.
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Su pertinaz activismo político ha ido permeando los diferentes sectores de la sociedad, mediante una serie de actividades, con las que sin duda ha venido a enriquecer la oferta política en la entidad y de paso, desapolillar a los barones de la partidocracia, que suelen heredar sus cotos de poder como si fuera un derecho nobiliario, es decir, para ellos la ciudadanía es un cero social que hay que soslayar.
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Por su programa de actividades se ha distinguido por fomentar la cultura de la legalidad y el aprecio por los símbolos patrios. Ahora que todos hablan del Centenario de la Constitución Mexicana, el diputado tuvo el cuidado en producir un documental animado para conmemorar la Carta Magna, amén de organizar una serie de conferencias en torno a las vicisitudes que ha experimentado este corpus de leyes.
Como buen abogado, Waldo Fernández en más de una ocasión se ha pronunciado por fortalecer las instituciones y robustecer una cultura de la legalidad. Observa en la procuración de Justicia un pilar fundamental para el bienestar de la colectividad. Y máxime en estos días, en que padecemos una peste de gobernadores malandrines…