POR ROBERTO GUILLEN
Queridos lectores, al fin se dio la oportunidad de tomarnos un café con Toño Martínez, quien durante más de 20 años ha configurado su trinchera desde la organización Alianza Cívica, una asociación civil que ha visto surgir y morir todo tipo de iniciativas en pro de la sociedad mexicana. Y como esa pertinaz flama que ha sembrado para esperar el relevo generacional, les presentamos la voz de un activista que ha bregado entre el verticalismo que distinguía las políticas de un pernicioso presidencialismo.
De tal manera que si el emblemático Porfirio Muñoz Ledo irrumpe en el informe presidencial para interpelar al Tlatoani de hielo, Alianza Cívica se presenta en el espectro nacional con una serie de consultas, en torno a temáticas que le son “ajenas” al estado.
Es así, como desde su organización, Antonio se ha convertido no solo en un vigía de los abusos y flaquezas del Estado, sino también en un catalizador para aglutinar a la nueva generación, tal como lo constatamos la otra noche en la Casa del Arbol, un espacio abarrotado por el despertar de una juventud, buscando una brújula que no los convierta en una desechable generación de la tranza y la componenda.
En el Cafelito el activista despliega el abanico de su ideario, que nada tiene que ver con los pavlovianos salivando por un hueso ahora que ya viene la feria electoral. El prisma de sus ideas lo podríamos definir como En busca de una Revolución Cultural
“Solo el pueblo puede educar al pueblo”, así se expresa la resultante de su bregar.
Nosotros vamos en busca de construir un ciudadano Libre… y no un engranaje más…un ciudadano Libre para decidir, analizar, reflexionar…todo en el marco de un proceso educativo, creativo.
Como pueden ver queridos lectores, hay quienes buscan construir una ciudadanía más allá de las matracas, porras y componendas.
Naturalito emerge de su ideario. Naturalito.
Cultura Política.