Vale la pena empezar a recorrer esta joya de los Altos desde la plaza principal, con sus jardineras arboladas y su típico kiosco, centenario y afrancesado, es el corazón de Arandas. En ella destaca el Palacio Municipal, una construcción de 1827, con un bonito patio interior; del otro lado se encuentra la Parroquia de Santa María de Guadalupe, que es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad y una fina muestra de arquitectura barroca. Ahora, se puede caminar por la calle Álvaro Obregón y llegar al magnífico Templo de San José Obrero, bella construcción neogótica representativa de Arandas. Ahí, en el atrio, se puede admirar la campana de Arandas, obra de 15 toneladas de peso y 3 metros de diámetro. De hecho la arquitectura religiosa es vasta, lo que se aprecia en el Santuario del Sagrado Corazón, realizado completamente en cantera rosa.
De ahí, se pude visitar el Centro Cultural Alteño, sede de las manifestaciones culturales más diversas y se puede continuar hacia la Plaza de Toros, que es uno de los edificios contemporáneos de mayor valor histórico y anecdótico; más hacia el río, se puede apreciar el Puente de Guadalupe, que data de la época porfirista. Una construcción muy antigua y curiosa por su forma octogonal es la Capilla del Socorrito, lo que era el antiguo cementerio y que hoy, guarda una leyenda tenebrosa; y ya estando en ese ambiente, se puede conocer el Panteón del Carmen, que tiene una entrada de especial diseño.
Para seguir el paseo por Arandas, se recomienda ir a la Hacienda de Guadalupe, que en su época de esplendor era más grande en población que el pueblo mismo, y ya estando en las afueras y queriendo buscar otro tipo de diversión, se puede visitar la Presa El Tule, un gran atractivo natural del Municipio, donde se puede pescar o pasar el día; ahora que si se busca algo más emocionante para chicos y grandes, el balneario La Garita es una gran opción, con su alberca y aguas termales, además de múltiples servicios. Y para culminar, no se puede dejar de visitar las fábricas de Tequila, toda una tradición en Arandas y en la región. Desde luego siempre parece faltar tiempo para conocer este lindo pueblo alteño, pero por lo mismo su gente amable, siempre invita a regresar.
Arandas es un lugar excelente para vivir